Después de una espera larga llegó mi bus a Pisa. Allí arribé a eso de las 4:50h, tomé mi GPS Off-Line (maps.me) y emprendí la ruta a mi hostal.
Cuál sería mi sorpresa cuando encontré en medio del camino nada más y nada menos que la torre inclinada de Pisa ¡Una torre que a esa hora posaba solo para mí!. Después de las respectivas fotos continúe mi caminata con la compañía de mi maleta que cada vez estaba más pesada y me caía más gorda. Después de ver un hermoso amanecer en el río Arno llegué a mi hostal donde guardé la maleta y volví a salir en mi descubrimiento de esta nueva ciudad. Pisa es una ciudad pequeña, así que es posible recorrerla a pie en un solo día o incluso solo en una tarde.En la plaza del Duomo me encontré algo peculiar para mí, la definición de familia varía según la cultura.
En un país donde ves que varias parejas francesas (caucásicas) están con sus hijos (afrodescendientes) de vacaciones entiendes lo amplio de la definición de “familia”, en un siglo en el que la diversidad implica inclusión, el ver estas familias “multirraciales” me hizo comprender el gran espectro de la palabra familia. Aún sigo lamentando el que mis queridos compatriotas no entiendan la amplitud de esta palabra.
Después de un buen día en pisa seguí mi camino en tren hacia Venecia. Primero hice una escala en Florencia, donde llegué a altas horas de la noche. Fue raro el llegar a una estación donde no había vigilantes, solo cámaras, entenderán que para una colombiana que ha vivido toda su vida sumida en esta violencia implícita que nos hace estar más que prevenidos, el panorama solo hacía que se prendieran las alarmas de peligro. En la estación había una joven pareja oriental, me sentí feliz de poder tener compañía pues mermaba mi sensación de inseguridad, lamentablemente, y al parecer, la que generaba desconfianza era yo, pues conforme me vieron decidieron cambiar de sitio de espera.
Tras una espera aproximada de 3 a 4 horas arribó un tren con más turistas rumbo a Venecia, entre ellos conocí a Monike, una brasileña que viajaba con su hermana, y quién por fortuna estaba estudiado en Madrid por lo que hablaba español. En un viaje “solitario” y cuando estas lejos de casa no hay nada como tener ¡una buena conversación en tu lengua materna! Me hicieron una excelente compañía y me ayudaron con los sitios que debía conocer en Madrid. Arribe al magnífico Venecia justo al amanecer, tuve la fortuna de ser recibida por un amanecer simplemente ¡espectacular!.
Recorrer las calles de Venecia tiene su toque romántico, en especial cuando encuentras las hermosas góndolas que tanto la caracterizan, pese a ser en la actualidad un “artificio” atrapa turistas, siguen siendo románticas y hermosas, entenderán que mi presupuesto viajero no dio para pagar los 80 Euros que costaba el paseo (aclaro que existe la opción de buscar más turistas para compartir la tarifa y ahorrar costos), sin embargo disfrute de cada canal, cada paisaje y cada góndola que se atravesó en mi camino, ver la arquitectura antigua y peculiar en medio de los canales.
Recorrer el comercio es una gran experiencia, almacenes con máscaras coloridas y tradicionales, los puentes con los candados de turistas que sucumbieron al romanticismo que se respira en el aire y decidieron sellar promesas de amor, que espero no hayan roto. La plaza de San Marcos con su torre y mi afición por los sitios elevados fueron perfectas para intentar captar la magnificencia veneciana en unas buenas panorámicas, ¡oh Venecia, simplemente hermosa!, una parada obligada para la gente que aún guarda un poco de romanticismo (como yo). Aún hoy, cerca de dos años después, recuerdo el peculiar sonido de la sirena de sus ambulancias acuáticas, solo oírlo me transporta de inmediato a la magnánima vista del mar mediterráneo y sentir la brisa veraniega sobre mi rostro.
El 18 de Agosto tome un tren nocturno que me llevaría directo a Paris. Llegué a la estación principal de Venecia con la ansiedad de una niña que montará por primera vez en la montaña rusa, tomaría el Thelo tren, y emprendería un viaje nocturno de más de 12 horas rumbo a la famosa Paris, ¡dormiría en un tren!.
By MLZ