La historia de transformación de la comuna 13 de Medellín es increíble. En 2010 eran catalogados como uno de los barrios más peligrosos del mundo. Hoy son uno de los lugares de Medellín que más turistas recibe y ha sido premiada a nivel mundial y de Sur América. Es reconocida principalmente por el cable aéreo de San Javier, las escaleras eléctricas y sus espectaculares graffitis.
Cuando nuestros amigos de couchsurfing nos decían que iban a un tour por la comuna 13, lo primero que hacíamos era advertirles que tuvieran cuidado, que no fueran solos y un largo número de las recomendaciones de mamá regañona que suelo dar. Fue hasta el 24 de junio que decidí acompañar a Marina, una chica canadiense que se hospedó con nosotros. Ese día fuimos al GraffiTour organizado por Casa Kolacho y me di cuenta cuán equivocada estaba respecto a la comuna 13.
El tour orientado por Casa Kolacho (WhatsApp: +57 311 347 3131) inició en la parte superior de la comuna y descendimos hasta el metro. Me gustó tanto la historia de transformación de este sector que el día de ayer (Julio 9) regresé para un encuentro de fotógrafos “Fotografiando Medellin“. Esta vez el tour fue organizado por “Stairway Storytellers” (WhatsApp: +57 312 212 3868) e iniciamos desde la parte inferior. Ambos tours tienen como punto de encuentro la estación del metro de San Javier y son realizados por personas de la comunidad, los recomiendo al 100% ya que te muestran no sólo la historia, esa parte dura y gris que hace tan poco tiempo ocurrió en el barrio, sino que también te permiten valorar la transformación y cómo se logra el cambio con acciones pequeñas que logran trascender.
Los guías nos contaron la historia de la comuna 13: una historia de guerra pero también una historia de cambio. Nos relataron como hacia 1998 la comuna fue tomada por la guerrilla, quienes ocuparon el lugar que antes ocupaban los grupos paramilitares. A partir de ese instante empezaron 4 años de guerra urbana que se cree terminaron con la vida de entre 5000 y 6000 personas. Muchos de ellos civiles, jóvenes y niños que no tenían que ver con estos grupos armados. Nos cuentan cómo las personas fueron desplazadas debido a los continuos enfrentamientos entre todos estos grupos y el ejército o la policía, quienes no tenían en cuenta que a su alrededor había civiles. También nos relatan que se realizaron 22 operaciones militares para tratar de recuperar el sector, sólo la última fue exitosa pero el costo fueron muchas vidas inocentes. Las operaciones más tristemente recordadas son la operación Mariscal y la Operación Orión. De igual manera, nos mencionan la fosa común de “la escombrera” donde se cree están enterradas 3000 personas que desaparecieron en estas operaciones, 300 provenientes de la operación Orión.
Escuchar esta historia tan cruda me saca lagrimas, dicen que en el registro oficial sólo hay 2000 personas y tan sólo hasta hace poco se empezó a hablar de aquellos que se cree se encuentran sepultados en “La Escombrera”. El números de muertos que nos da la comunidad es mucho mayor a los que se presentan como oficiales. Pero lo realmente significativo de la comuna 13 no es ese pasado turbulento sino que como el Ave Fenix, renace de sus cenizas. En tiempos de crisis los buenos son más, y es aquí como colectivos de jóvenes empiezan a formar grupos deportivos, de hip hop, baile, música y de graffiti.
Los graffitis son los más reconocidos actualmente. A través del arte se logran exorcizar los sentimientos de tristeza y dolor. Cuentan los chicos del tour que cuando llegaron a llenar de arte el barrio, la gente se asustó pensando que de nuevo iban a encontrar inscripciones de los grupos armados en sus paredes. Pero poco a poco se dieron cuenta que venía algo diferente, una renovación. Estos graffitis convierten los muros en contadores de historias. A través de ellos se relatan historias como la operación Mariscal, la operación Orión y las caras de la guerra que sólo se ve cuando se vive desde adentro. Ahora el arte ha vencido la guerra.
De igual manera, la construcción de las escaleras eléctricas da un impulso al sector. Fue gracias a las escaleras eléctricas que se incentivó el turismo. Actualmente, ha cambiado la percepción del sector tanto por quienes viven en él cómo por quienes lo visitamos.
Hoy, caminar por la comuna 13 te da una sensación de seguridad. Ves cientos de turistas mezclados entre las personas que habitan el sector. Notas también cómo gracias al turismo se han ingeniado negocios de todo tipo: venta de jugos, helados, café y el famoso sancocho en leña colombiano. Si hay algo que tienes que probar si vas a la comuna 13 son los mango biche, ¡realmente deliciosos!
Me pareció interesante ver la “Institución Educativa Benedikta Zur Nieden”, ya que me recordó aquella ciudadana alemana que decidió quedarse en Colombia porque aquí había mucho por hacer y cuya familia donó el “Museo El Castillo“. Por otro lado, la visita al cementerio me permitió observar cómo se ha logrado re-significar el concepto de la muerte al plantar flores en botellas plásticas y adornar el cementerio.
Fue increíble para mi ver cómo allí comparten el sueño de Sophos: legado que trasciende, ya que existen voluntarios que dan clases de inglés a niños y jóvenes haciendo posible que éstos tengan oportunidades y puedan soñara con llegar más allá. Esto nos hace creer que ¡SÍ se puede!. Finalmente les extiendo la invitación a visitar la Comuna 13. A escuchar la historia y ver que el cambio es posible.
By Sandra López